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firstborn

II

El sol se filtraba entre las láminas de metal de los estores de mi habitación. Serían las cuatro o cinco de la tarde y me dolía mucho la cabeza.
Me levanté como siempre, y como siempre dejé la cama sin hacer.
Me fuí al cuarto de baño y me miré al espejo, mi cara parecía un jodido cuadro de Picasso.
Me lavé la cara y el agua fría fue como un bálsamo para mis heridas, esos hijos de puta me dieron bien.
Empezaba a recordar lo que había pasado la noche anterior, Cake me ofreció un trabajillo, aparentemente sin importancia. La conversación vino a mi cabeza como un golpe de martillo.

-¿Quieres un puro P?
-Claro Cake, sabes que me encantan.
El humo de los puros inundó la sala y una neblina empezó a agarrarse a la zona alta de la habitación.
-¿Qué es eso que tenías para mí?
-Ah si, lo siento, estaba pensando en otra cosa. ¿Conoces a Bala de Plata?
-He oído algo sobre él.
-Como sabrás ese hijo de mala madre quiere hacerse con el control del Gheto, quiere arrasarlo y convertirlo en centros comerciales y campos de golf.
-Ya, ¿quieres que me lo cargue?
-¡¡¡Claro joder, ese folla perros quiere quitarnos del mapa sin consultarnos!!!
-Ah claro, es un problema.
-¡¡¡Pues claro que es un puto problema, no vamos a poder pillar nada del pastel!!! Ese bastardo se cree que nos va a poder quitar del mapa así sin más.
-¿Sólo eso Cake?
-Sí, pero hazlo de tal forma que sienta que le han metido un puto misil nuclear por el culo.
-Claro, no hay problema. Si me disculpas, tengo que ponerme a trabajar.
-Habla con Ocho, te dará un sobre, ahí va la mitad del dinero, la otra mitad cuando termines.
-Nos vemos Cake, gracias por el puro.
-De nada, para eso estamos.

A partír de ahí todo fueron problemas, sólo de pensarlo me da dolor de cabeza.
Busco en la chaqueta la cajetilla de tabaco, la encuentro y me enciendo un cigarro. Ah... que dulce es el sabor de la muerte. Me pongo una taza de un café que llevará en la cafetera más tiempo del que me gustaría, pero en estos casos es lo mejor para empezar el día.
Suena el teléfono y martillea mi cabeza.
-¿Diga?
-¿Patrick?
-Sí, soy yo.
-Soy Orejas, tengo información sobre lo que me preguntaste anoche.
-Enseguida estoy allí, nos vemos dentro de una hora en tu taller.
-Allí te espero.
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