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firstborn

Capítulo 1. Destino

El hueso centelleaba tan claramente que cegaba casi como un sol, tan precioso era el hueso espectral como el espacio exterior con sus galaxias.
Iluanne estaba quieta, tranquila y calmada como un lago estancado, esperando a que una piedra cayera para que las ondas dieran movimiento al conjunto.
La armadura sencilla pero funcional, mostraba ya muchas batallas tras de sí al igual que la capa que le caía por la espalda. La vidente no mostraba ningún signo de vida.
De repente, el hueso empezó a brillar de forma distinta, los brillos danzaron y se movieron haciendo parecer que el mismo hueso se movía en toda su estructura.

-Vidente, cuéntanos para qué has venido a nosotros. -El sonido se oyó como un eco de mil millones de voces hablando al unísono.
-Oh queridos hermanos que ahora estáis en el circuito infinito, necesito vuestro consejo para los acontecimientos venideros. -El cuerpo de Iluanne estaba rígido al haber hecho contacto con los millares de eldars que habitaban en el hueso, antes estaba tranquila y calmada, pero ahora estaba concentrada, para no perderse en la miriada de conversaciones que había en el circuito infinito de hueso espectral y así mismo no perderse ella en el circuito.
-Formula tu pregunta Vidente. -Una vez más el sonido sonó como una multitud de voces hablando al mismo tiempo.
-Necesito saber qué consecuencias traerá la acción de los Mon-Keigh en el sistema Oklath. -A Iluanne le empezaba a doler el cuerpo, cada vez que entraba en circuito infinito deseaba con más fuerza quedarse allí, debido a esto, nanocristales de hueso espectral se formaban en su cuerpo con cada entrada.
-Las consecuencias serán muy perjudiciales para los Eldar, es necesaria una intervención. -La espera de esa respuesta le pareció a Iluanne una eternidad.
-¿No hay otro camino que el destino os muestre? -La pregunta se le hizo un nudo en la garganta.
-No vidente, no hay otro camino. –Las voces sonaron como una daga atravesándole el corazón.
-Gracias una vez más. -La vidente salió del circuito infinito exhausta, tanto que creía que iba caer de bruces contra el suelo, pero se contuvo al ver a su ayudante acercarse.
-Mi señora, espero órdenes. -Dijo el Eldar mientras agachaba su cabeza.
-Dad la orden de poner rumbo hacia el sistema Oklath.
-Sí mi señora. -El ayudante volvió a agachar la cabeza mientras se retiraba a dar la orden.

 

Mientras su ayudante desaparecía por uno de los pasillos, Iluanne cerró los ojos y lloró por volver a tener que llevar a sus hermanos a la guerra.

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