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firstborn

Niño + tren = Infierno

Siempre me tiene que pasar alguna mierda durante el viaje, aunque lo verdaderamente desesperante ha sido a ala vuelta del viaje a Valencia.
Me fuí el viernes a casa de O2Wasting a pasar el puente que me lo he pasado de puta madre. Hoy cuando he vuelto, es decir, día uno de noviembre, en el tren me he encontrado con el mismísimo diablo.
Era el puto diablo en el jodido cuerpo de un niño sudamericano que no levantaba un metro el suelo, pero que el muy cabrón no se callaba ni aunque le taparas la boca con un zapato.
Sencillamente era horroroso, no podía dormir en el tren porque su voz chirriante como cien tenerdores rayando una pizarra, me taladraban el puto oído como un jodido martillo neumático.
El niño era como el puto conejo de duracell, pero hablando o pegando berridos, aunque lo que más me ha jodido es que sus padres no le han llamado la atención.
Ha llegado un momento en que estaba ya desquiciado, daban ganas de partirle el puto cuello al crío, oír su crack mientras agarrabas con las manos su cabeza y esperar la paz del silencio.
El chavalín poseía un repertorio de gritos así como un vocabulario extenso, entre las palabras destacaban capullo y hostia, ha sido magnífico ver como articulaba esas palabras cada cierto tiempo y que sus padres le reían la gracia.
Al ser hijo único se ha convertido en un ser repelente, aunque no me extraña, el padre tenía cara de que le hubiera pasado un jodido desfile por sus dientes mientras dios hacía el gracioso y le adjudicaba una cara de mono, el mono de feria se dedicaba a pinchar a su hijo con lo que el niño se ponía más pesado. Y la madre, que era un trozo de carne en el que la grasa formaba montañas alrededor de sus grasientos costados, pasaba completamente.
Se merecen un tiro entre ceja y ceja por criar un demonio así.
Dios bendiga a la puta raza humana.

1 comentario

O2wasting -

En trenes y autobuses se encuentra uno con la más variopinta fauna de insoportables, los niños chillones son con certeza una de las más repelentes especies. Lo peor es cuando se lo cuentas a alguien y te dice "ay, cómo eres, con lo ricos que son los niños pequeños". Sí, sí. Habría que ver al perla (o la perla) sufriendo al crío de los cojones. En palabras de Lobo, "a la gente así deberían ahogarla al nacer".